Repertorio de Canciones
Fecha Compositor: Siglo XVI
País de origen: España
Autor de la letra: Anónimo
Estilo: Villancicos de Navidad, Polifonía sacra
Época: Renacimiento (s. XVI)
¡Dadme albricias, hijos de Eva! es un villancico de Navidad que pertenece al Cancionero de Upsala, también conocido como"Cancionero del Duque" (porque fue recopilado en la corte de Fernando de Aragón, duque de Calabria, en Valencia) y "Cancionero de Venecia" (porque fue publicado en dicha ciudad, en 1556, por el impresor Jerónimo Scotto). El nombre real del libro es: "Villancicos de diversos autores, a dos, y a tres, y a quatro, y a cinco bozes, agora nuevamente corregidos. Ay mas ocho tonos de Canto llano, y ocho tonos de Canto de Organo para que puedam aprovechar los que a cantar començaren." El libro contiene, fundamentalmente villancicos, de diversos autores entre los que cabe citar a Juan del Enzina y Cristóbal de Morales. En 1917 se encontró el único ejemplar que se conoce en la biblioteca de la Universidad de Upsala (Suecia).
Letra Original:
¡Dadme albricias, hijos de Eva! Di de qué dartelas han.
Que es nacido el nuevo Adán. ¡Oh!, Hi de Dios y qué nueva.
Dádmelas y habed placer,
pues esta noche es Nacido el Mesías prometido,
Dios y hombre de mujer.
¡Dadme albricias, hijos de Eva!
Di de qué dartelas han.
Que es nacido el nuevo Adán. ¡Oh!, Hi de Dios y qué nueva.
Y su nacer nos releva del pecado y de su afán.
Que es nacido el nuevo Adán. ¡Oh!, Hi de Dios y qué nueva.
Año última interpretación: 2023
Fecha Compositor: 1567-1643
País de origen: Italia
Estilo: Polifonía profana
Época: Barroco (s. XVII y XVIII)
Monteverdi fue un compositor de transición entre el Renacomiento y el barroco, además de gambista (de viola da gamba, parecida al violonchelo) y cantante. Supuso la transición entre la estética renacentista (de tradición polifónica y madrigalista) y la nueva expresividad barroca (con el nacimiento del drama lírico y de la ópera). Muy joven (15 años) compuso una serie de madrigales y motetes. En 1607 estrenó La favola d'Orfeo (La fábula de Orfeo), que supuso su abandono de la polifonía por una única línea melódica, la monodia. Esta obra es considerada como la primera ópera, según la entendemos en la actualidad.
Letra Original:
Damigella tutta bella
versa quel bel vino
va che cada la rugiada
distillata di rubino.
Ho nel seno
rio veneno
che vi sparse Amor profondo,
ma gittarlo
e lasciarlo
vo’sommerso in questo fondo
Damigella
tutta bella
di quel vin tu nom mi satij,
fa che cada
la rugiada
distillata da Topatij.
Ah che spento
io non sento
il furor de gl’ardor miei,
men cocenti
meno ardenti
sono oimè gli incendi Etnei.
Nova fiamma
piú m’infiamma
arde il cor foco novello,
se mia vita
non s’aita
a ch’io vengo un Mongibello.
Ma più fresca
ogn’hor cresca
dentro me si fatt’arsura,
consumarmi
e diafarmi
per tal modo ho per ventura.
Año última interpretación: 1993
Fecha Compositor: 1833-1887
País de origen: Rusia
Estilo: Polifonía profana, Folklore tradicional
Época: Romanticismo (s. XIX)
Borodín fue químico y compositor. Entre sus obras, destacan las sinfonías y la ópera El príncipe igor. Sus sinfonías resultaron un fracaso en Rusia. Sin embargo, fue Franz Liszt el que extendió su fama, al lograr que se interpretase su segunda sinfonía en Alemania, donde obtuvo un gran éxito.
Las Danzas Polovtsianas forman parte de la ópera El principe Igor. Ésta ópera quedó inconclusa a la muerte de Borodín. Fueron Nikolái Rimski-Korsacov y Alexandr Glazunov los que la completaron posteriormente. La partitura está en español.
Letra Original:
Danza de las esclavas. Con la brisa flota la canción para celebrar la nuestra bella patria. El eco guarda allí en la memoria o nos recuerda así la nuestra niñez. Y el aire perfumado que vaga allá en aquel valle viste con sus montañas. En el valle, al sol, aún brilla al despertar las rosas de su sueño y ellas regalan todo su perfume al ruiseñor que canta tan dulcemente en sombra fresca. ¡Oh canción de nuestra tierra! ¡Oh que dulce es el recuerdo!
Danza de todos: ¡Viva nuestro jefe fuerte! ¡Ah! ¡Rindan honor al gran cabo! ¡Ah! ¡Viva el jefe Khan! Al caudillo, ¡viva! Nadie tiene mayor gloria, ¡ah! Siempre brilla su gran fama, ¡ah!
Danza de las esclavas: ¡Valiente jefe! Mire las vírgenes cada una de ellas bellísima y graciosísima. ¿Qieres seleccionar cuál te gusta? ¡Valiente jefe! Yo regalaré la esclava de tu elección. ¡Oh gran cabo! ¡Viva nuestro jefe fuerte!, ¡ah! ¡Rindan honor al gran cabo1, ¡ah! ¡Viva el jefe Khan! Al caudillo, ¡viva! Nadie tiene mayor gloria, ¡ah! Siempre brilla su gran fama, ¡ah! ¡parecido a tus nobles padres seas tú!, ¡oh, Khan!, ¡Khan!, ¡Kontchak! Grande y valiente como tu raza, ¡oh, gran Khan!, ¡Khan! ¡Kontegak!, ¡Khan!, ¡konchak! Con la brisa brilla la canción para celebrar la nuestra bella patria, el eco queda allí en el oído y nos recuerda así la nuestra patria, querida melodía. Y el aire perfumado que vaga allá en aquel vallecito cerca al mar con sus montañas altas, protegido de la tempestad del turbado mar. En el valle el sol aún brilla al despertar las rosas de su sueño y ellas regalan todo su perfume al ruiseñor que canta suavemente en sombra fresca. ¡Oh canción de nuestra tierra!, ¡oh! Adiós dulce melodía.
Danza de los hombres: Parecido a tus nobles padres seas tú, ¡oh, Khan!, ¡Kontchak! Grande y valiente como tu raza, ¡oh, gran Khan, ¡Khan!, ¡Kontchak!
Danza de todos: Balanceando y saltando, bailamos para nuestro Khan, ¡viva! La medida siempre viva nos anima que nos sonríe él. Y la pandereta suena más y más, el ritmo truena. Nada nos ahoga, frena. Bailamos al khan. ¡Oh gran Khan! ¡Homenaje, ¡homenaje! A nuestro jefe Khan, ¡oh Khan! ¡Viva el Khan!