DANZAS POLOVTSIANAS
Borodín fue químico y compositor. Entre sus obras, destacan las sinfonías y la ópera El príncipe igor. Sus sinfonías resultaron un fracaso en Rusia. Sin embargo, fue Franz Liszt el que extendió su fama, al lograr que se interpretase su segunda sinfonía en Alemania, donde obtuvo un gran éxito.
Las Danzas Polovtsianas forman parte de la ópera El principe Igor. Ésta ópera quedó inconclusa a la muerte de Borodín. Fueron Nikolái Rimski-Korsacov y Alexandr Glazunov los que la completaron posteriormente. La partitura está en español.
Danza de las esclavas. Con la brisa flota la canción para celebrar la nuestra bella patria. El eco guarda allí en la memoria o nos recuerda así la nuestra niñez. Y el aire perfumado que vaga allá en aquel valle viste con sus montañas. En el valle, al sol, aún brilla al despertar las rosas de su sueño y ellas regalan todo su perfume al ruiseñor que canta tan dulcemente en sombra fresca. ¡Oh canción de nuestra tierra! ¡Oh que dulce es el recuerdo!
Danza de todos: ¡Viva nuestro jefe fuerte! ¡Ah! ¡Rindan honor al gran cabo! ¡Ah! ¡Viva el jefe Khan! Al caudillo, ¡viva! Nadie tiene mayor gloria, ¡ah! Siempre brilla su gran fama, ¡ah!
Danza de las esclavas: ¡Valiente jefe! Mire las vírgenes cada una de ellas bellísima y graciosísima. ¿Qieres seleccionar cuál te gusta? ¡Valiente jefe! Yo regalaré la esclava de tu elección. ¡Oh gran cabo! ¡Viva nuestro jefe fuerte!, ¡ah! ¡Rindan honor al gran cabo1, ¡ah! ¡Viva el jefe Khan! Al caudillo, ¡viva! Nadie tiene mayor gloria, ¡ah! Siempre brilla su gran fama, ¡ah! ¡parecido a tus nobles padres seas tú!, ¡oh, Khan!, ¡Khan!, ¡Kontchak! Grande y valiente como tu raza, ¡oh, gran Khan!, ¡Khan! ¡Kontegak!, ¡Khan!, ¡konchak! Con la brisa brilla la canción para celebrar la nuestra bella patria, el eco queda allí en el oído y nos recuerda así la nuestra patria, querida melodía. Y el aire perfumado que vaga allá en aquel vallecito cerca al mar con sus montañas altas, protegido de la tempestad del turbado mar. En el valle el sol aún brilla al despertar las rosas de su sueño y ellas regalan todo su perfume al ruiseñor que canta suavemente en sombra fresca. ¡Oh canción de nuestra tierra!, ¡oh! Adiós dulce melodía.
Danza de los hombres: Parecido a tus nobles padres seas tú, ¡oh, Khan!, ¡Kontchak! Grande y valiente como tu raza, ¡oh, gran Khan, ¡Khan!, ¡Kontchak!
Danza de todos: Balanceando y saltando, bailamos para nuestro Khan, ¡viva! La medida siempre viva nos anima que nos sonríe él. Y la pandereta suena más y más, el ritmo truena. Nada nos ahoga, frena. Bailamos al khan. ¡Oh gran Khan! ¡Homenaje, ¡homenaje! A nuestro jefe Khan, ¡oh Khan! ¡Viva el Khan!