CANTIGA 100, SANTA MARIA ESTRELA DO DÍA
Las Cantigas de Santa María son un manuscrito primorosamente ilustrado, escrito en galaicoportugués en la corte del rey Alfonso X el Sabio durante la segunda mitad del siglo XIII. Constituyen indudablemente una de las colecciones de canción monódica más importante de la literatura medieval occidental. Se trata de un conjunto de 417 composiciones en honor a la Virgen María, que pueden dividirse en dos grupos: en el primero (356 canciones) se compendian historias, milagros y relatos relacionados con la Virgen, mientras que el segundo (61 canciones) son puramente líricas o de loor, conformadas por poemas en los que en lugar de cantar los milagros de la Virgen se reflexiona sobre ella, como en una oración.
Existen dudas sobre la autoría directa del rey Alfonso X, aunque es indudable su participación como compositor en algunas de ellas. Probablemente, son obras personales del monarca las cantigas de loor y aquellos milagros relacionados con su propia biografía, como el 256, que describe la curación de su madre, o el 377, en que indica la recompensa que dio a uno de los mejores iluminadores de las Cantigas.
La cantiga 100, dentro del grupo de las de loor, fue compuesta para exaltar a Santa María, a la que se reconoce como “estrella de la mañana”. La Virgen como estrella se invoca en esta oración para que ilumine y guíe a la cristiandad, con el objeto de que le permita escapar del pecado y a través de su intercesión pueda conseguir la salvación.
Entender de que mui culpados son; mais per ti son perdôados
Da ousadia que llez fazia fazer folia mais que non deveria
A sen par luz e vedadeira que tu dar-nos podes senlleira
Ca Deus a ti a outorgaria e a querría por ti dar e daria
U Deus ten sempre goy' e riso pera quen en el creer quiso
E prazer-m-ia se te prazia que foss a mia alm'en tal compañía.
Santa María, estrella matutina, muéstranos el camino hacia Dios y guíanos.
Pues haces ver a los errados que se perdieron por sus pecados y entender que son culpados,
pero por ti son perdonados del atrevimiento que les hizo cometer una locura más allá de lo permitido.
Mostrarnos debes el modo para alcanzar en cualquier situación la luz verdadera y sin igual
que Tú sola puedes darnos, pues Dios a ti la habría otorgado y por ti querría dárnosla y nos la daría.
Guiarnos bien puede tu juicio mejor que nada hacia el Paraíso donde Dios tiene siempre gozo y risas
para quien creyó en Él y me gustaría, si a Ti te agrada, que mi alma estuviese en tu compañía.
(En la partitura que interpretamos aquí se incluye solamente una pequeña parte de la Cantiga, con las dos primeras líneas de la letra completa)