JESUS BLEIBET MEINE FREUDE (Cantata 147)
Jesus bleibet meine Freude (Jesús permanece siendo mi alegría) es el décimo movimiento de la cantata Herz und Mund und Tat und Leben, BWV 147 por el compositor alemán Johann Sebastian Bach, escrita durante su primer año en Leipzig, Alemania.
Es una pieza que se tiene bastante costumbre de interpretar como parte del repertorio de muchas ceremonias de boda actualmente (por cierto con un tempo lento, en contraposición a lo anotado por Bach originalmente).
Johann Sebastian Bach fue un compositor, organista, maestro de capilla y cantor alemán de música del Barroco, el miembro más importante de una de las familias de músicos más destacadas de la historia, con más de 35 compositores famosos y muchos intérpretes destacados. Su reputación como organista y clavecinista era legendaria, con fama en toda Europa por su gran técnica y capacidad de improvisar música al teclado. Aparte del órgano y del clavecín, también tocaba el violín y la viola de gamba.
Bach es considerado el último gran maestro del arte del contrapunto, fuente de inspiración e influencia para posteriores compositores y músicos como Mozart. Su obra es considerada como la cumbre de la música barroca, destacando su perfección técnica y su belleza artística, además de la síntesis de los diversos estilos internacionales de su época y del pasado y su incomparable extensión. Sus obras más importantes están entre las más destacadas de la música clásica europea y de la música universal. Entre ellas se encuentran los Conciertos de Brandeburgo, El clave bien temperado, la Misa en si menor, la Pasión según san Mateo, El arte de la fuga, la Tocata y fuga en re menor, varios ciclos de cantatas, Suites, Sonatas,... etc.
Jesus bleibet meine Freude, meines HerzensTrost und Saft,
Jesus wehret allem Leide, er ist meines Lebens Kraft,
meiner Augen Lust und Sonne,
meiner Seele Schatz und Wonne;
darum lass' ich Jesum nichtaus dem Herzen und Gesicht.
Jesús sigue siendo mi alegría, consuelo y bálsamo de mi corazón
Jesús me defiende de toda pena, Él es la fuerza de mi vida,
el gozo y el sol de mis ojos,
el tesoro y la delicia de mi alma;
por eso no quiero a Jesús fuera de mi corazón y mi vista.