MARIDAJE DE ALCACHOFA Y MEJILLÓN
Otra de las tapitas que se prepararon en conmemoración de San Valentín, y por lo tanto con sus connotaciones propias del momento.
El resultado es francamente sabroso pero bastante suave al mismo tiempo, y sumamente fácil de preparar y servir.
- Un bote de corazones de alcachofa (6-8 piezas)
- 1 lata de mejillones en escabeche
- 1 lata de anchoas
- 1/2 tarrina de queso philadelphia
- 2 cogollos de lechuga
- Crema de vinagre al aroma de trufa (se puede comprar en cualquier supermercado)
- Aceite de oliva virgen extra
- Alcaparras
- Unas gotas de limón
Con una batidora (de brazo o de vaso, da igual) se prepara primero una pasta, se limpia el recipiente y luego se prepara la otra pasta.
Aunque un servidor no es en absoluto de marcas, debo reconocer que para el queso de untar, en este caso, conviene utilizar Philadelphia. Con marca blanca se nota bastante la diferencia.
Para las alcachofas: se ponen los corazones en el vaso de la batidora, se añade un chorro de aceite de oliva, una cucharada no muy grande de mayonesa y unas gotas de limón. Se bate y se reserva en una taza.
Para los mejillones, se pone en el vaso de la batidora el contenido de la lata (con su caldo), las anchoas escurridas sin el aceite y tres cucharadas amplias de queso Philadelphia. Se bate todo bien y se coloca la pasta en una taza.
Se ponen los cogollos un poco al grifo, se escurre bien y se van soltando las hojas con cuidado de que no se partan. Si son cogollos grandes convendrá recortar los extremos de las hojas para que no abulten demasiado. Eventualmente se podría hacer con hojas de endivia, pero eso está más visto, y además, por alguna curiosa razón, la endivia y la alcachofa produce cierto amargor en la boca si se mezclan.
Se colocan las hojas en una bandeja con la concavidad hacia arriba y se deposita encima de cada hoja una cucharada de pasta de mejillón, y luego una cucharada de pasta de alcachofa, con la precaución de que monte ligeramente encima una de otra. Sobre la unión se pone un par de alcaparras y se rocía por encima con un chorro de crema de vinagre al aroma de trufa, de modo que forme un dibujo lineal, por ejemplo una V o una S estrecha.