AL RICO AJOBLANCO CRISTOBALERO
El ajoblanco es un entrante sumamente fácil de preparar y por alguna razón mucho menos frecuente que el gazpacho, por lo que siempre es una alternativa bien recibida por los comensales, especialmene durante los meses de calor, de mayo a octubre. A base de pan duro sobrante y almendras crudas, más el correspondiente aliño.
- Pedazos de pan duro, más o menos el equivalente a una barra grande.
- Unos 80 gr. de almendras crudas peladas
- Un diente de ajo
- aceite de oliva virgen
- vinagre
- sal
- una cucharadita de cominos
- Unos 30 gr. de virutas de jamón ibérico
- Una rodaja de melón partida en pequeños dados
Cuando vayas a hacer esto como merienda del coro, simplemente multiplicas por cuatro las cantidades y listo.
Para que salga bien el ajoblanco, aparte de la combinación adecuada de ingredientes lo más importante es que quede bien batido. Se puede hacer con el típico brazo batidor, pero no queda tan bien. Lo suyo es hacerlo en una batidora de vaso.
Lo primero es poner el pan a duro a remojo en un bol con abundante agua, durante normalmente unos 15 minutos, hasta que al tocarlo no se perciba ningún resto aun duro.
Si las almendras que tienes son enteras (es decir almendrucos) o están ya sin cáscara pero con su piel marrón, puedes aprovechar el rato para ir pelándolas. Puede parecer difícil quitar la piel marrón a una almendra cruda, pero si sigues el siguiente procedimiento verás que es fácil: las pones en un bol y echas encima agua casi hirviendo y las dejas a remojo unos 30 minutos. Normalmente verás que tras este tiempo simplemente cogiendo la almendra entre los dedos pulgar e índice y apretando se desprende la piel de un golpe. Si aun sigue pegada puedes repetir la operación de añadir de nuevo agua caliente.
En el vaso de la batidora echas las almendras, el ajo, los cominos, el pan un poco escurrido (pero no demasiado), la sal, el vinagre (por ejemplo un par de cucharadas) y el aceite (por ejemplo un vaso de chupito) y lo bates durante uno 20 segundos. Debe quedar una crema líquida pero no tanto que se pueda beber como un refresco, y no tan espesa que se meta una cuchara vertical y se sostenga ella sola. Si está muy espesa se añade un poco de agua y se vuelve a batir unos segundos. Si está demasiado clara habría que hacer un poco más con pan muy muy escurrido y mezclar. Como es más fácil añadir agua, de ahí la recomendación de comenzar con el pan un poco escurrido.
Hay que probarlo para ver si está a gusto de sal, vinagre y aceite y en su caso añadir lo que falte y volver a baitr unos segundos.
A continuación se vierte en un recipiente apropiado y se mete en el frigorífico.
En el momento de servir se pone la cantidad deseada en cada bol individual, se añade unos dados de melón y se espolvorea con las virutas de jamón.
Alternativamente al melón se puede poner por ejemplo uvas peladas y sin pepitas, trocitos de kiwi, melocotón, albaricoque,... etc.