REQUIEM DE MOZART

El compositor

Mozart nació en Salzburgo, el 27 de enero de 1756. Fue compositor y pianista, maestro del Clasicismo, y considerado uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia.

La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época e incluye más de seiscientas creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música sinfónica, concertante, de cámara, para piano, operística y coral, logrando una gran popularidad y difusión internacional.

En su niñez Mozart mostró una capacidad prodigiosa en el dominio de instrumentos de teclado y del violín. Con tan solo cinco años ya componía obras musicales y sus interpretaciones eran del aprecio de la aristocracia y realeza europea. A los diecisiete años fue contratado como músico en la corte de Salzburgo, pero su inquietud le llevó a viajar en busca de una mejor posición, siempre componiendo de forma prolífica. Durante su visita a Viena en 1781, tras ser despedido de su puesto en la corte, decidió instalarse en esta ciudad donde alcanzó la fama que mantuvo el resto de su vida, a pesar de pasar por situaciones financieras difíciles.

En 1784, Mozart se convirtió en francmasón y a partir de ahí la francmasonería jugó un papel importante en la vida del compositor.

El último año de vida de Mozart, 1791, fue, hasta su enfermedad final, un tiempo de gran productividad y, en cierto sentido, un tiempo de recuperación personal. Realizó numerosas composiciones, incluyendo algunos de sus trabajos más admirados: la ópera La flauta mágica, el último concierto para piano y orquesta, el Concierto para clarinete en la mayor KV 622, el último de su gran serie de quintetos de cuerda, el motete Ave verum corpus KV 618 y el inacabado Réquiem en re menor KV 626.

El 5 de diciembre de 1791  Mozart falleció, en Viena, a la edad de 35 años. Su funeral tuvo lugar en la Catedral de San Esteban, donde anteriormente se había casado con Constanze.